sábado, 27 de septiembre de 2008

SÍ, TODAVÍA HAY MACHISMO…



Hoy voy a opinar sobre la violencia machista. Es un tema bastante controversial sobre el que no puede haber discusión posible: hay que erradicarla de esta sociedad presuntamente igualitaria que tenemos. Y es ahí donde había que incidir en un principio. La igualdad.

Si nos preguntan si todos nos consideramos iguales, seguramente diríamos que sí. Pero, ¿realmente lo somos? ¿Defendemos de la misma manera nuestros derechos y los de los demás? ¿Creemos en la igualdad de las personas? Porque, seguramente, todo afirmamos que las mujeres son iguales a los hombres. Por lo menos en público. ¿Y en la intimidad? ¿Cuántas mujeres habrán que tengan que desempeñar durante todo el día el rol de ama de casa mientras para su pareja la jornada laboral acaba cuando sale por la puerta del lugar de trabajo remunerado? ¿Y las que trabajan fuera de casa, al igual que su cónyuge, y tienen que continuar con su jornada cuando regresan al hogar mientras él se tumba a relajarse en el sofá? ¿Y quién cuida los niños? Ante estas preguntas está claro que la primera solución sería imponer de alguna manera la ecuanimidad en la vida familiar. O por lo menos incentivarla.

Todos volvemos a casa cansados de nuestra vida, de nuestro empleo, del poco tiempo libre del que disponemos. Y eso se acumula. Las frustraciones acaban haciendo mella en nuestras actitudes. Y eso provoca tensiones en las parejas. No creo que resulte descabellado el pensar que muchas familias se rompen por el desencanto de la vida en común. Y, desafortunadamente, hay ocasiones en las que uno de los miembros culpa al contario del infierno en el que se convierte una relación mal avenida. O se echan la culpa mutuamente. Y a veces, partiendo de esas discusiones, acaban en tragedia.

Puede que lo anterior sea la chispa que desencadena el final trágico, pero no todos los hombres reaccionan de la misma manera ante una situación tensa. Y ese es, sin duda, el machismo que aún persiste en la sociedad. Porque no nos engañemos. Por muchos esfuerzos que se hayan hecho por aislar los comportamientos machistas, éstos residen todavía en el género masculino. Afortunadamente cada vez menos, pero aún perduran, sobre todo en las personas más mayores y aisladas de los centros urbanos, donde tradicionalmente la educación siempre había sido más sexista. Y con esto no quiero decir que solo se den en los más adultos.

Hay jóvenes que todavía continúan heredando los mismos comportamientos que tenían sus abuelos. Y ése debe ser otro de los aspectos fundamentales a la hora de incentivar: la educación. No podemos educar a nuestros hijos de distinta manera que a las hijas. Todos deben tener los mismos deberes y derechos dentro del hogar, y realizar las tareas sin tener ningún tipo de discriminación. ¿Acaso las niñas, por el simple hecho de ser niñas, están predispuestas a recoger la mesa que ensucian sus hermanos, mientras éstos se mantienen de brazos cruzados viendo cómo trabajan? ¿No es verdad que todos ensucian de la misma manera? ¿No deberían de imitar a sus padres, y éstos a su vez servir de modelo para un correcto aprendizaje? Y eso es lo que debemos de hacer todos los que somos padres: servir de ejemplo para nuestros hijos y enseñarles que las mujeres son iguales a los hombres en todos los aspectos. Porque ellos se fijan en nosotros a la hora de formarse sus propios valores. Y hemos de enseñarles, aun cuando a nosotros nadie nos lo ha enseñado, que nadie es superior a otro por haber nacido con el sexo contrario.

En fin ….creo que como con casi todo la solución siempre pasa por la igualdad y la tolerancia.

Así estamos viviendo: Costeños Vs. Cachacos


Así como en el futbol existen barras bravas, hinchas de millonarios o del santafé, asi tal cual vivimos nosotros los alegres y relajados costeños, hinchas y amantes de nuestra costa querida y calientica, contra los frios y ensimismados cachacos hinchas por supuesto, de su capital del alma a la que defienden como la ciudad representativa de nuestro hermoso pais, Colombia. Reconozco que este es un tema un poco dificil de tratar, pues las culturas son diferentes y el choque de pensamiento y la forma de vida es tambien un poco diferente y que, sin duda alguna, suele suceder tambien entre pastusos, paisas, bumangueses, opitas y tolimenses; sin embargo, creo que son los costeños y los cachacos las verdaderas barras bravas en nuestro pais.

No niego que esta es una ciudad con muchas oportunidades pues por esa razón escogí el frio, que aunque bien duro si me ha dado, me ha pemitido conocer nuevas formas de vida y estar en una excelente universidad, pero bueno ese no es el tema; la idea es que definitivamente los costeños y los cachacos tienen unas formas de vida muy particulares. Con todo respeto para aquel que sea cachaco, creo viven siempre en la misma rutina, estan con su grupo de amigos, miran mal a los extraños y su sentido del humor es tan harto que se rien hasta de si mismos. En cambio, nosotros los costeños vivimos felices y somos tan relajados que no nos importa si nos miran mal por ser gritones y andar siempre en el puro relajo. Nosotros no tenemos formalismos, en cambio pal cachaco tratar al otro como "usted" es casi tan natural y muy respetuoso. El "ajá y tu que" o el "full hey" de nosotros los costeños es único y descomplicado.

En una ocasion fui a una drogueria a comprar un remedio o algo que me sirviera para lo que nosotros los costeños conocemos como los paños, pues resulta que cuando le dije a la vendedora, ahh que por supuesto era cachaca de pura sepa, que necesitaba algo para los paños solo me miró como lo saben hacer los de aquí y me dice: "perdón, señorita un remedio para qué?" jajaj solo me cague de la risa y le dije: "perdón un remedio para los hongos". Así pasa tambien cuando el costeño, por ejemplo, le dice a un cachaco que cierre la pluma y el cachaco le dice: "huy guevon la que?" pues la pluma para los cachacos no es más que el grifo o la llave de paso del agua.

Entre otros terminos costeños, el plumero es lo que el limpión es para el cachaco y el bolígrafo para el costeño; el belocípido es lo que el triciclo es para el cachaco; para un costeño el bollo es lo que envuelto es para los cachacos y también un gran problema; para el costeño lavar los chismes es lo que lavar la loza es para los cachacos; para el costeño decir "es culo de bollo" es lo que para el cachaco llama "es una churra"; la patilla es lo que para el cachaco es la sandía; el perico pa'l costeño son los huevitos revueltos con cebolla y tomate, en cambio pa'l cachaco es un pequeño café con leche. Ásí existen miles de modismos que hacen que los costeños seamos más relajados y frescos en nuestra vida cotidiana y no se puede negar que para nosotros todo es relajo y buena vida, rumba, peas y siempre nuestro amado y querido Whisky, o como lo llamamos algunos Orlando Parra (Old Parr).

Es un tema muy largo, tanto que si sigo no termino y puedo llegar a estar en pelea con más de uno, entonces prefiero sencillamente contarles que soy feliz que tengo sangre costeña y amo ser de mi tierra calientica, del paraíso de los siete colores San Andres Islas y enamorada y arraigada a mi amada Barranquilla, mi carnaval del alma, el mejor del mundo y el que le lleva buena ventaja y varios goles de más a las fiestas frias que de cumpleaños se le hacen a la capital bogotana.

Espero que sean felices y para aquellos que son de pura cepa les recomiendo ser un poquito más relajados y entender que la vida es una sola y quien la vive es quien la goza, dejemos de lado tantos prejuicios y vivamos unos con otros no importa si somos flojos, rumberos, bebedores o aburridos, con poco sentido del humor, complicados, a la moda, punketos, acordeonistas, vallenatos o amantes del Tropee Pop y el metal.


100% COSTEÑOS!!